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Las altas temperaturas propias del verano afectan a todo el mundo: tanto a nosotros, que vamos buscando un ratito de frescor en remojo, a la sombra o con aire acondicionado, como a los neumáticos de nuestros vehículos. Nuestros coches pasan muchas horas al sol y las ruedas están en contacto con el asfalto que puede alcanzar temperaturas más propias de una parrilla. Por eso queremos repasar con vosotros los 8 problemas más comunes de esta estación.

1. Cambios en la presión de los neumáticos

El calor puede hacer que la presión de las ruedas pueda variar. No circular con la presión adecuada podría darnos algún que otro dolor de cabeza ¡y no es lo que queremos en la época estival! Para dejar reventones al margen, es ideal revisar la presión de nuestros neumáticos.

Otra de las causas que podría hacer que nuestras ruedas cambiaran de presión, en este caso, la perdieran, es que existe la posibilidad de perder los tapones de válvula. Esto no solo sería peligroso por hacernos perder aire sino que podría ser entrada de agua al interior del neumático. Revisa que cada uno de ellos tenga su tapón de válvula correspondiente.

2. Menor adherencia al asfalto

Como hemos comentado, una correcta presión de los neumáticos es básica para nuestra seguridad. Si esta es demasiado alta la superficie que estará en contacto con el asfalto será menor y, por lo tanto, reduciremos la capacidad de adherencia al asfalto. Nuestra conducción no solo será menos segura sino más dura e incómoda.

3. Más desgaste

En verano es habitual que hagamos viajes más largos que en invierno, donde nuestros trayectos suelen ser más rutinarios. En esta época es cuando los termostatos (y el asfalto) alcanzan su máxima temperatura. A saber: el asfalto puede llegar a estar hasta 10 grados centígrados por encima de la temperatura ambiente. 

Esto hace que los neumáticos sufran más, tengan un mayor desgaste y tengan más oportunidad de terminar con un reventón.

4. Deformación de los neumáticos

El desgaste no solo es consecuencia de las altas temperaturas, muchas veces viene dado gracias a problemas con los amortiguadores, errores en la alineación o, como hemos visto, tener una presión inadecuada. Es entonces cuando se observa la deformación de las ruedas. 

Si tu neumático tiene una forma ovalada y se desgasta más en la banda central se debe a que tiene más presión de la indicada o la alineación de la dirección es demasiado abierta. En cambio, si el desgaste está en los bordes, la presión puede ser muy baja, el coche podría estar sobrecargado o la una alineación va muy cerrada.

5. Mala amortiguación

Tal y como acabamos de ver, los amortiguadores inciden en la seguridad de nuestra conducción. Esta parte del vehículo se va deteriorando progresivamente y de manera tan paulatina que a veces nos pasa desapercibida. Por eso es recomendable tenerlo en cuenta porque unos amortiguadores que no están bien pueden reducir la duración de un neumático hasta en un 50%.

6. Frenazos bruscos

En verano muchas veces nos vemos en medio de un atasco, ya sea en plena operación salida o volviendo de la playa. Llevar una conducción agresiva o con despistes es, además de peligroso para nuestra propia seguridad, la causa de un mayor desgaste de nuestros neumáticos.

Los frenazos bruscos, una manera incorrecta de trazar las curvas o los cambios constantes de marcha provocan un esfuerzo extra de las cubiertas para sujetar el coche en el desplazamiento lateral, lo que conlleva a un desgaste prematuro de nuestros neumáticos.

7. Distancia de frenado y posibilidad de aquaplaning

Si nuestros neumáticos tienen menos presión debido a las altas temperaturas, la distancia de frenado se incrementará. ¡No digamos si este se produce en suelo mojado! 

Una inesperada tormenta de verano puede hacer que, al frenar, pueda darse lugar al temido aguaplaning.

8. Aparcamiento de cualquier manera

Sabemos que en verano vamos a sitios turísticos donde, muchas veces, es complicado encontrar aparcamiento. A veces, incluso, nos vemos obligados a dejar el coche casi de cualquier manera. Sin embargo, esto podría poner en riesgo nuestro vehículo. 

Hemos de evitar los golpes con los bordillos porque dañan la goma. Igualmente, cuando encares el coche hacia el aparcamiento procura girar las ruedas en movimiento. Si lo haces parado aumentará el roce entre asfalto y neumático, desgastándolo prematuramente.

Antes de salir de vacaciones o durante la época estival, es importante que compruebes la presión de tus ruedas, midas la profundidad de la banda de rodadura y revises cuidadosamente que tus neumáticos no tengas golpes, estrías, roturas o deformaciones. Además, no olvides supervisar el estado de tu rueda de repuesto o del kit antipinchazos

¡Buen viaje!

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