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El mundo del neumático es muy amplio. Durante décadas diferentes expertos han ido mejorando su diseño y los materiales de los que estaban hechos hasta poder adaptarlo a diferentes necesidades. En la actualidad contamos con todo tipo de neumáticos que varían según las estaciones en las que lo usemos, el tipo de perfil, su dibujo o el interior del mismo. Repasemos, a continuación, los tipos de neumáticos que tenemos en el mercado a nuestra disposición.

Neumáticos según estaciones

Los neumáticos son una de las partes del vehículo que más sufre los cambios de estación. Al estar expuestos constantemente las diferentes temperaturas y demás inclemencias, hay ciertos materiales que acusan más el frío o el calor. Obviamente, no es lo mismo la resistencia que deben mostrar en verano, con temperaturas altas, que en invierno, donde en según qué zonas, pueden sufrir hasta heladas. Por eso existen neumáticos de verano, de invierno y los que puedes usar todo el año, los all seasons. Veamos en qué consiste cada uno de ellos.

Verano

Imagina un vehículo aparcado en pleno sol en agosto o la temperatura a la que llega a alcanzar la carretera en verano; los neumáticos sufren el calor durante toda esta estación. Las altas temperaturas hacen que el agarre y la propia goma se resientan, por eso existen los neumáticos de verano.

Aunque también pueden usarse el resto del año, el diseño que tienen y la manera en la que han sido construidos los convierten en unos neumáticos capaces de soportar altas temperaturas sin perder agarre, sin reducir la resistencia a la rodadura y haciendo que la conducción sea más suave y precisa.

Invierno

Las bajas temperaturas que acompañan al invierno implican que los neumáticos también tengan que estar preparados para ellas, más aún cuando nos movemos en un entorno en el que podemos encontrarnos nieve. Los neumáticos de invierno están hechos de compuestos especiales que les permiten mejorar el agarre a la carretera cuando la temperatura exterior es baja. Además, disponen de una banda de rodadura con unas laminillas que se agarran a la nieve. 

¡ATENCIÓN! Aunque estos neumáticos están preparados para lidiar con la nieve y podrías circular con ellos en vez de llevar cadenas, no solo se pueden usar en carreteras nevadas. También se trata de una excelente alternativa cuando llueve o la temperatura exterior es inferior a los 7 grados centígrados. Tenlos en cuenta si vives en zonas en las que estas situaciones sean habituales. 

All seasons

Si no vives en un lugar que llegue a temperaturas extremas, tanto de frío como de calor, una buena alternativa es contar con los neumáticos all season. Si bien es cierto que no llegan a tener todas las ventajas de los de invierno cuando te encuentras nieve o lluvia en la carretera, sí que tienen más profundidad en el dibujo que un neumático de verano. Si vives en un lugar donde las temperaturas en invierno no son muy extremas o la temporada de nieve es breve, esta es la mejor solución para ti.

Neumático según perfil

¿A qué nos referimos cuando hablamos de perfil? El perfil de un neumático es el porcentaje de la anchura. Por ejemplo, un neumático que mide 235/55 R17 implica que de ancho mide 23,5 cm y que su perfil es un 55% de esa anchura. El último número significa que está preparado para montarse en una llanta de 18 pulgadas de diámetro. Pero este 55 podría ser mayor o menor: podría ser 40 o 60. Así, clasificamos los neumáticos en perfil alto y bajo.

Perfil alto

Los neumáticos de perfil alto favorecen el confort del vehículo ya que suavizan la suspensión. Como este tipo de rueda amortigua el impacto la convierte en mucho más resistente.

Estos neumáticos también favorecen la aceleración del coche. En el conjunto llanta-neumático la parte más pesada es la llanta, por tanto si reducimos llanta y aumentamos perfil del neumático, reducimos el peso total del coche.

Los de perfil alto suelen ofrecer una menor resistencia a la rodadura porque la composición química es distinta. Además, suelen ser más asequibles en precio respecto a los de perfil bajo.

Perfil bajo

Los neumáticos de perfil bajo presentan menos deriva y, por tanto, mejoran la precisión de la dirección en curva. Es por este motivo que los principales compradores de este tipo de neumático son las personas a las que les gusta realizar una conducción deportiva. Con esta tipología tendrás un mejor agarre en seco y también una mejor frenada.

Una de las grandes ventajas de los neumáticos de perfil bajo es que suelen desgastarse menos que los de perfil alto. Aunque, también hemos de tener en cuenta que cuando reducimos perfil y aumentamos tamaño de llanta. Así, los compuestos han de ser más blandos y reduces su durabilidad.

Los neumáticos de perfil bajo también hacen menos ruido que los de perfil alto.

Neumáticos según dibujo

Otra manera de clasificar los neumáticos es según el dibujo que tengan. Aquí hablaremos de neumáticos simétricos, asimétricos y direccionales.

Simétricos

Los neumáticos simétricos con aquellos que cuentan con un dibujo idéntico a ambos lados. Este tipo suele ser normalmente usado en medidas pequeñas y para coches compactos o bien urbanos. 

Las principales ventajas de estos neumáticos es que son algo más baratos que los asimétricos o direccionales. Suelen ser muy estables en línea recta y tienen buena adherencia.  Además, su durabilidad suele ser alta.

Por contra, no llega a la calidad del resto de neumáticos sobre carretera mojada y no está diseñado para vehículos potentes o deportivos. Pero si tu coche es pequeño y tu conducción va a ser sobre todo urbana, son una gran alternativa.

Asimétricos

Como su nombre indica, los neumáticos asimétricos tienen un dibujo diferente en las zonas internas y externas. La parte interna suele contar con hendiduras más profundas para evacuar el agua mientras que la externa cuenta con bloques de goma anchos para mejorar el agarre. Este tipo de neumático suele estar disponible en medidas medianas y grandes. 

Las principales ventajas de los asimétricos es que ofrecen buena estabilidad y maniobrabilidad en las curvas. Además son más seguros porque reducen el efecto aquaplaning en la calzada mojada. Además, son más silenciosos que los neumáticos simétricos pero también más caros.

Direccionales

Los neumáticos direccionales están diseñados para poder drenar grandes cantidades de agua rápidamente. Por eso ofrecen una evacuación perfecta en carretera mojada y favorece la motricidad sobre la nieve. 

Como aspecto negativo, su coste es más elevado y su durabilidad es menor, además, el ruido de la rodadura es ligeramente más fuerte.

Neumáticos según su interior

Otra de las maneras en las que podemos clasificar los neumáticos es mirando su interior. Aquí encontraremos unos cuantos aspectos interesantes, repasémoslos.

Runflat o antipinchazos

Este tipo de neumáticos llamados runflat o también antipinchazos tienen refuerzos en los flancos y los hombros. Esto les permite circular sin aire cuando se produce un pinchazo siempre que sea una distancia no muy larga (normalmente entre unos 50 y 100 km) y a una velocidad no muy alta, hasta los 80 km/h. Esto te permite acudir circulando al taller más cercano si sufres un pinchazo sin tener que contar con los servicios de una grúa. 

Tubeless

Este tipo de neumáticos no necesitan una cámara de aire ya que el propio interior ya cuenta con un aislamiento pensado para que el aire no salga entre neumático y llanta. Se popularizaron en los años 70 y actualmente se han convertido en el modelo usado por la gran mayoría.

Cuentan con la gran ventaja de que, en caso de pinchazo no pierden la presión de manera rápida e inminente. También tienen un montaje más sencillo y alcanzan menos temperatura al circular.

Recauchutado

Los neumáticos recauchutados son aquellos en los que se conserva la carcasa pero cambian la banda de rodadura. Se trata de un proceso tan complejo que actualmente no se usa en turismos, siendo más rápido, cómodo y económico sustituir el neumático. Este tipo de técnica, en cambio, es muy habitual en camiones o aviones.

Verdes o ecológicos

Se denominan neumáticos verdes o ecológicos a aquellos que están fabricados con compuestos especiales que hacen que no se consuma tanto combustible. Antiguamente esto era a cambio de perder algo de agarre o duración pero la tecnología ha permitido que esto ya no sea así. Usando este tipo de neumáticos se puede llegar a ahorrar unos 0,2 litros por cada 100 km. Así, un neumático que dure unos 45.000 km ahorraría unos 200 litros.

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